Juan-Vicente Ruiz Sánchez«Bienaventurado aquel que ha encontrado su trabajo; que no pida más». (Thomas Carlyle)

P. – ¿Eres empresario por vocación o por «obligación»?

R. – Soy la tercera generación de empresarios de la familia Ruiz. El primero fue mi abuelo: «Pepe Ruiz», la segunda generación, mi padre, Casto Ruiz y la tercera que soy yo.

P. – Para ser empresario hoy en día, hay que ser valiente y gozar de buena salud.R. –En los actuales momentos tengo tres empleados directos en la empresa de Almodóvar, e indirectos, también trabajamos mi mujer y yo.

Valientes… si, con la responsabilidad que supone saber que son cinco personas en activo, cotizando. Y otras dos en la finca, aunque esas dos personas son arrendatarias.

Hasta la fecha y gracias a Dios, con buena salud. Ya sabéis que como buen autónomo, no nos podemos poner malos.

P. –No solo tienes el trabajo de la empresa, además le sumas la responsabilidad de la finca.R. –La explotación de la finca está actualmente dedicada a la ganadería extensiva y la tenemos arrendada al mismo pastor que teníamos nosotros. Este hombre quería ampliar sus horizontes con ganadería propia y buscaba una finca; nosotros vimos la oportunidad de ofrecerle la nuestra en arrendamiento.

Gozaba de toda nuestra confianza, tras veinticuatro años.

Este acuerdo nos favorece a ambos. Yo no obtengo beneficio económico de su promoción, pero a cambio tengo la finca cuidada y mantenida, sin tener que dedicarle esfuerzos ni físicos ni económicos.

P. –Tu empresa es muy plural, abarcáis muchos sectores.R. – A parte de la infinidad de artículos con que cuenta una ferretería, ampliamos al sector de mobiliario de cocina.

Durante muchos años estuvimos esperando la construcción del polígono Industrial, que nos prometió, el entonces alcalde, Antonio León.

Teníamos pensado vender las naves de las eras de Marta e irnos, junto con todos los industriales de Almodóvar al polígono industrial, que nunca llegó.

Juan-Vicente Ruiz SánchezHubo que hacer una gran inversión para transformar las viejas naves, en unas modernas instalaciones y hasta ahora, se ha ido pagando la hipoteca.

También, con mi forma de ser y de querer avanzar, tocando diferentes palos, dimos los pasos en el tema de las placas de campos solares en las poblaciones de Villa Mayor y Viso del Marqués.

P. – Nos estás hablando de Agricultura, de arrendamiento, de placas solares, de naves… ¿Dónde te has preparado tú, aunque tu abuelo y tu padre fueran empresarios, para tener unos conocimientos que abarcan campos tan diferentes.

R .– No te preparas. Realmente es la vida la que te va derivando, vas evolucionando. Te surge un problema, pues lo resuelves y la experiencia te sirve de aprendizaje.

Es lo que hacía, antiguamente la gente. Y muchos amigos mayores que he tenido, unos me han engañado, pero muchos me han enseñado. Con ochenta años algunos y otros que ya han muerto.

P. – Escuchándote parece todo fácil. Tienes un don para relacionarte con la gente, no ya de tu edad, sino de diferentes edades.R. – Mirad, en el tema del ganao, por ejemplo; tuvimos que ir a comprar un ternero, yo iba de oyente, y en el trato con un señor muy entendido, que llegó a ser gran amigo mío, aprendí muchos detalles y consejos. También conocí la otra cara de la moneda, personas, que por edad podrían haber sido mi padre, y que no sintieron ningún escrúpulo a la hora de timarme. Utilizaron todas sus influencias de conocidos con cargos, para amedrentarme.

P. – Eres capaz de aprender de la vida, como el que lee en las páginas de un libro.R. – Yo fui mal estudiante. Me acuerdo que en sexto suspendí tres asignaturas y en séptimo y octavo lo fui sacando y cuando me llegó el momento del instituto, fui yo quien le dijo a mi padre: «No, no quiero ir al instituto«. Lo que yo no podía hacer era perder dos o tres años en el instituto paseando libros, ligando, haciendo fiestas con los colegas y después mirar de frente a mi padre. Y me puse a trabajar.

Esta decisión la tomé con catorce años. Al año mi padre me volvió a ofrecer ir al instituto y le dije que no, pero a los dieciocho años, fue cuando a mi me volvió a picar el gusanillo de los estudios, pero al no tener una base y haber desconectado ya… sabía que me costaría mucho.

Juan-Vicente Ruiz SánchezSin embargo, profesionalmente sí. Profesionalmente me he ido formando, y especializándome en todo aquello que ha ido demandando mi empresa, para estar siempre al día.

P.- Tú que sabias lo que era trabajar en una empresa, cómo fueron esos primeros días de estudiante a trabajador.

R.- Al principio, el mínimo esfuerzo. Ósea, lo mínimo que se podía hacer. Ese era Juanvi. Pero ahí tenía a mi padre detrás, que cuando me miraba no le hacía falta ninguna vara verde… Me veía un segundo parado y… «a colocar cartones» ; yo me preguntaba, pero no habrá empleados suficientes aquí como para que tenga que ser yo.

Los peores trabajos eran para Juanvi. Luego todo eso te viene muy bien… cuando mandas a uno a hacer un hoyo o a colocar cartones y te protesta «es que…» Como los has colocao tú antes, le puedes decir, no me cuentas películas, que me lo sé yo… Para mandar a alguien, tienes que saberlo hacer mejor y más rápido que él, de este modo el otro te respetará.

P. – Con qué edad cogiste las riendas del negocio.R. – Con 20 años, cuando la responsabilidad la llevaban mis padres, mi trabajo era: a las ocho de la mañana, estar arriba. Te acostaras a la hora que te acostaras, pero a las ocho en punto a rendir.

De golpe cambia todo. Tuve que afrontar la pérdida de mi padre y mi madre y seguir adelante con veinte años.

Ante esta situación que yo viví, tienes dos opciones o te gastas lo que te han dejao… tu le vas tirando sin pensar mientras que dure, o maduras, siendo consciente que eres tú el que ha de coger las riendas del negocio.

A pesar de todo, sigues siendo un joven con las ilusiones y deseos de todo joven: salir, divertirte, enamorarte…

P. – Has dicho enamorarte. ¿Con mayúsculas?

Cuando escuchas: «se nos acabó el amor», «nos queremos mucho, no nos hace falta firmar ningún papel», «y así, si nos saliese mal… es más fácil».

P. – El AMOR es EL AMOR. Si te enamoras de una persona es para toda la vida.

Cuando después de tres o cuatro años de relación, escuchas «se nos acabó el amor«… Se les acabó la fiebre, qué narices.

Juan-Vicente Ruiz SánchezEn el matrimonio no todo es rosa, hay discusiones, yo veo las cosas de una forma, ella las ve de otra… yo siempre digo ¡¡ como me cabrea mi mujer, no me cabrea nadie ¡¡ y ella contesta: «el sentimiento es reciproco«.

Nadie me conoce más profundamente que mi mujer, y al revés. Ahí está el amor.

Ahora, si no conoces a una persona, es de locos, hay que ser idiotas o estar muy desesperao para casarse.

Puedes tener una relación, cuando pase un tiempo tú vas a ver si esa relación funciona o no.

P. – En que parte crees que influye la educación recibida de los padres, familia, ambiente religioso, cultural, social.R. – Cuando un árbol tiene el grueso de un tapón de corcho y se empieza a torcer, tú le pones un testigo, pues ya sabes lo que hay.

Ahora bien, cuando el árbol tiene el grueso de una silla, qué testigo le vas a poner. Si es que no, si es que la formación…

Encuentras padres hoy día que no quieren trabajar, que son vagos por naturaleza.

Lo habréis visto. Hay un programa en televisión «La súper Nani», que refleja lo que os estoy contando.

Tienes que dar ejemplo, cómo le dices a tu hijo que trabaje, que haga sus deberes, si tú estás tumbao haciendo el vago.

Antes ibas al colegio y si te reprendían y tu padre se enteraba… Hoy no hay autoridad.

Antes te veía el jardinero municipal en el parque, haciendo trastadas, te llamaba la atención y tú a callar y rezando para que no supiera de quien eras hijo.

Tú sabias que tu padre no te iba a dar la razón a ti, se iba a poner de parte del jardinero. Y no estamos hablando de pegar, un castigo puede doler más.

Tus padres te enseñaban que la figura del maestro, había que respetarla, la figura del jardinero, había que respetarla, la del policía… No podemos pedir lo que no damos.

Hoy en día todo está muy adulterao, a lo que no hay que darle valor se le da. Se le da más importancia al tener y al aparentar que al ser.

Al nacer todos somos iguales, pero económicamente no.

No nos engañemos, no somos iguales y hay ricos muy buenos muy buenos y hay pobres que son muy buenos muy buenos y pobres que son muy malos muy malos.

Juan-Vicente Ruiz SánchezEl ser pobre no implica ser bueno y el ser rico no implica ser malo.

P. – Estamos sufriendo un momento de crisis. Cómo lo vives y cómo ves el futuro.R. – Esto es cíclico.

Las crisis como la vida, rachas que te van muy bien y rachas que te van muy mal.

Rachas en las que te van muy bien, el amor, los negocios… y épocas que ves a personas queridas que lo están pasando muy mal económicamente y se le suman otros problemas.

Yo mismo, tengo un negocio y me está ocurriendo como a todos. Veo un día y otro día y no tiene la alegría de antes, no se vende.

Tengo dos tiendas, de momento he tenido que cerrar una.

La sigo teniendo de exposición y ya veremos… lo que tenga que ocurrir, lo afrontaremos. Ya he pasado por momentos muy duros y difíciles.

Estamos viviendo una crisis económica y una crisis de valores.

Saldremos delante de la crisis económica y ojalá aprovechemos estos duros momentos para aprender a dar valor a lo que realmente lo tiene.

Juan-Vicente Ruiz Sánchez   Juan-Vicente Ruiz Sánchez

Agradecemos la valentía y sinceridad de este joven empresario.