El próximo 19 y 20 de enero del 2013, uno de los barrios de nuestra localidad, celebrará sus fiestas populares en honor a su patrón: San Sebastián, un mártir de «cuerpo entero», que sufrió doble martirio, su figura no deja indiferente a nadie, y en concreto, el pasado 29 de mayo del 2012; S.S. Benedicto XVI nombraba a este santo mártir, como uno de los intercesores de la JMJ 2013.
El martirio de San Sebastián.
El jefe de la guardia imperial (San Sebastián), asiste a las celebraciones eucarísticas, celebradas entonces en domicilios particulares y casi siempre al anochecer.
Entre las casas, escogidas para tal fin, está la de Irene, una noble y piadosa romana convertida. Allí acude con frecuencia San Sebastián, para participar en las oraciones comunitarias y a las funciones litúrgicas.
Una tarde, camino de la casa de Irene, se entera que un cristiano apóstata lo ha traicionado y que la denuncia de su actividad religiosa ha llegado hasta el César. Bien sabe nuestro santo que tal denuncia, puede significar su sentencia de muerte.
Ya en casa de Irene, comunica la noticia a los presentes; entre ellos, se encuentra su sacerdote de Antioquía, Eusebio, conocido por sus virtudes y su extensa cultura, que había sido invitado para presidir, esa noche, la celebración de la santísima eucaristía.
La vil denuncia de un cristiano renegado entristece a los presentes y, en sus rostros, se denota el gran pesar por lo que pueda sucederle a San Sebastián, tan apreciado y querido por todos.
Aquella noche, después de la celebración de la Eucaristía, todos permanecen en oración junto a él, amaneciendo, Eusebio, le acompaña hasta las afueras del palacio imperial.
Al entrar al cuartel destinado a la guardia imperial, un pretoriano sale al encuentro del santo mártir y le dice: entrega la espada, tribuno, es una orden del César; diciendo el santo: «Aquí la tienes»; continúa el pretoriano: estás acusado de ser cristiano; quedas detenido. Al momento, son varios los pretorianos que acuden, haciendo barrera a su alrededor para protegerlo. Más tarde, al llegar al César, lo llevan a su presencia.
Para los cristianos que perseveran en la fe, ya no hay protección ni respeto, sólo queda la crueldad del persecutor y el admirable heroísmo de su víctima.
Frente a la tajante negativa de San Sebastián de volver al paganismo, es de inmediato condenado a morir traspasado por las flechas.
Aquella misma tarde, unos arqueros de Mauritania llevan a cabo la ejecución, y una lluvia de flechas traspasa el cuerpo del mártir, que bañado en su sangre cae sin señales de vida. La noble y piadosa Irene reclama su cadáver, que le es concedido.
El segundo martirio que sufrió San Sebastián ocurrió de la siguiente manera:
En casa de Irene, y al limpiar el cuerpo del santo mártir, se dan cuenta que aún está con vida, lo curan y recobra su salud.
Ya repuesto rehúsa las invitaciones de esconderse; más bien, se presenta al mismo Diocleciano para reprocharle su abominable proceder contra los cristianos.
Preso nuevamente, acaban con su vida a mazazos y su cadáver es arrojado a una cloaca, siendo recogido luego por manos cristianas, es sepultado en la Vía Apia, muy cerca de donde se levanta hoy la Basílica, que en su memoria y honor lleva su nombre.
Lo heroico de su vida y de su muerte, atrae a los fieles de Roma, que admiran su ejemplo e imploran su intercesión. Se le conoce como Defensor de la Iglesia, y es considerado el patrón de Europa.
Su devoción se difunde con rapidez por el mundo cristiano; y en concreto en Almodóvar del Campo, se venera a San Sebastián, con una preciosa capilla, enclavada en el antiguo camino real, que unía las ciudades de Córdoba y Toledo, una ermita que data de la primera mitad del siglo XVI, y se asocia con la cura de la peste y las calenturas, y que ya se mencionaba en las Relaciones Topográficas de Felipe II.
Según los historiadores, la ermita fue mucho más grande, e incluso se habla de un monasterio, perteneciente a hermanas Carmelitas Descalzas, por levantamiento de la fundación, se desplazaron y asentaron definitivamente en Yepes, en la provincia de Toledo.
Por motivos que se desconocen, la capilla, posteriormente dedicada a San Sebastián, se redujo hasta lo que se conserva hoy en día.
Uno de los barrios de nuestro pueblo, honra la memoria de su patrón, celebrando cada 19 de enero, la tradicional quema de una gran hoguera en la Calle Triana, calle empedrada de gran belleza, la más antigua de Almodóvar, con una gran fiesta donde no faltan las «típicas rosquillas del mártir», música, y fuegos artificiales; y al día siguiente, la Función Religiosa en el templo parroquial Nuestra Señora de la Asunción, la rifa del gran roscón y brazo de gitano, y por la tarde, la solemne procesión, que sirve, para trasladar la imagen del santo mártir San Sebastián, desde la Iglesia Parroquial, hasta su ermita.
Almodóvar del Campo, incluso creó un himno a San Sebastián, cuyo autor es Gumersindo Miguel Baz, y la música corresponde a Tomás Villajos.
Himno de Almodóvar a San Sebastián
Sufrimiento de doble martirio,
de cristianos la inmensa legión,
te siguieron con santo delirio
confesando tu fe y religión.
Ni las flechas que hirieron tu cuerpo
ni la sangre que se derramó
te obligaron aún ya casi muerto
a abjurar de tu místico amor.
San Sebastián bendito,
del cielo capitán,
escucha nuestro grito,
bendice nuestro afán.
San Sebastián bendito,
Insigne capitán,
diste un gran ejemplo.
Oh mártir sin igual!