Este villancico fue compuesto por Mohr en la parroquia de Santa María y ayudado musicalmente por Gruber, interpretándose por primera vez en 1818 en la Iglesia de S. Nicolás de Oberndorf (Austria).
Cuando Morh era niño cantaba y tocaba en público el violín y la guitarra. Su talento llamó la atención de un clérigo, que lo convenció para ingresar en el seminario.
Mohr se ordenó en 1815, y dos años después lo destinaron a la iglesia de Oberndorf, donde, además de predicar, tocaba la guitarra.
En 1818, el padre Joseph Mohr, de 26 años, descubrió que el órgano estaba dañado, y el joven sacerdote no podía vivir una Navidad sin música.
Por ello, decidió componer un villancico para poder acompañarlo con la guitarra. Con una hoja de papel en blanco, se puso a pensar en una familia que había visitado para bendecir a un recién nacido. Del recuerdo de la madre que sostenía en brazos al niño, comenzó a escribir.
En seis estrofas de versos sencillos, narró el milagro de la Navidad.
Una vez que escribió la letra, necesitaba una melodía para estos versos, antes de la misa de gallo.
El sacerdote fue a buscar a su amigo Franz Gruber, de 31 años, quien enseñaba en la escuela de la aldea de Arnsdorf y, además, era mejor compositor que él.
(Cuando Gruber fue enviado a Arnsdorf, siempre se le vio con buenos ojos en la parroquia de San Nicolás porque prestó sus servicios como organista y director del coro de la Iglesia).
Esa Nochebuena, Mohr visitó a Gruber, le entregó lo que acababa de escribir y le preguntó si podía componer una melodía para dos voces, coro y guitarra a tiempo para la misa del gallo.
Al leer los versos, Gruber se sintió conmovido por su belleza. Se sentó al piano y comenzó a componer. Por la noche se la llevó a su amigo.
Al no tener tiempo para ensayar, Morh y Gruber acordaron que el primero tocaría la guitarra y cantaría la canción, mientras el segundo lo acompañaba con su voz de bajo.
Al final de cada estrofa, el coro entonaría el estribillo.
Los feligreses entraron en la iglesia, esperando oir el sonido del órgano.
Con la guitarra en las manos, el padre Mohr explicó que el órgano se había averiado, pero que la misa de gallo tendría música, porque Gruber y él habían compuesto un villancico; mientras Mohr tocaba la guitarra, se escucharon dos melodiosas voces.
El coro se les unió cantando a cuatro voces el estribillo.
Los fieles escucharon emocionados el villancico.
Mohr y Gruber crearon su villancico para solucionar ese año el problema y posiblemente no pensaban volver a tocarlo.
Sin embargo, el órgano de San Nicolás volvió a estropearse.
En 1824 o 1825, la parroquia contrató a un célebre constructor de órganos, llamado Carl Mauracher, para que lo reconstruyera, y éste encontró la canción de Mohr y Gruber en el coro de la iglesia; admirado por su belleza y sencillez, pidió hacer una copia de la canción.
Gruber, que estaba supervisando la reparación, aceptó y Mauracher se llevó la obra.
Pronto, varias compañías de cantantes tiroleses de estilo popular que recorrían Europa la añadieron a su repertorio.
Entre tanto, en sus respectivos pueblos, Gruber y Mohr ignoraban la fama que su composición estaba alcanzando.
En 1848, el padre Mohr murió de pulmonía, sin un centavo en el bolsillo.
(Nunca supo que su villancico había llegado a todos los rincones de la Tierra).
Gruber se enteró del éxito de en 1854, cuando el concertino del rey Federico Guillermo IV de Prusia comenzó a investigar su origen.
Al recibir la noticia, Gruber, con 67 años, envió a Berlín una carta en la que le explicaba cómo se creó el villancico.
Hoy, Oberndorf trata que no se olvide a los dos hombres.
En 1937 fue construida una capilla en el mismo lugar en que se encontraba en el siglo anterior la parroquia de San Nicolás, que fue destruida en 1913 por una inundación.
Se le dio el nombre de «Noche de Paz» y allí se pueden ver los retratos de Mohr y Gruber.
La capilla es hoy una atracción turística que recibe anualmente 150.000 visitantes.
Pero, como la capilla sólo tiene capacidad para unas 20 personas, el 24 de diciembre el padre Nikolaus Erber dice misa al aire libre, dado que tradicionalmente, unas 7.000 personas asisten a la misa del gallo de Oberndorf.
Los villancicos resuenan durante todo el mes de diciembre en el pueblo, donde en el museo «Noche de Paz», situado frente a la capilla, pueden verse la partitura y la letra originales de la canción y documentos que explican su historia.
«Noche de Paz» es el símbolo musical de la Navidad.
Durante la tregua de Navidad de 1914, los soldados alemanes en las trincheras del frente occidental comenzaron a cantarlo, y a sus voces se unieron las de los soldados británicos, situados al otro lado de la tierra de nadie.
Durante esa misma guerra, en un campo de concentración siberiano, los prisioneros alemanes, austriacos y húngaros entonaron a coro Noche de Paz.
«Noche de Paz», traducida hoy a 330 idiomas, es uno de los más importantes, célebres y amados himnos de Navidad.
Mi deseo para todos vosotros es que tengáis muchas noches de paz en vuestras vidas y en la de vuestros familiares.
¡FELIZ AÑO NUEV0!
Un abrazo para todos