Hace un mes que celebramos la apertura del año jubilar gracias al trabajo de tantos miembros de la parroquia que se han ofrecido como voluntarios para que el jubileo sea una realidad. Desde aquí, deseo dar las gracias, en primer lugar, a todos los voluntarios que han ofrecido su tiempo y sus capacidades al servicio de esta gran causa.
En el contexto de este Año Santo, el mes de febrero nos presenta dos noticias: La primera de ellas es que dentro de unos días celebraremos la fiesta de san Juan Bautista de la Concepción. Como todos sabéis, la orden trinitaria también celebra un jubileo con tres sedes: Roma, Salamanca y Córdoba. Esperamos que muchos fieles peregrinen hasta estos lugares vinculados a la vida de san Juan Bautista de la Concepción y renueven su fe acercándose a su figura.
La segunda noticia es que el número de peregrinos que ha solicitado venir a peregrinar hasta Almodóvar supera los mil ochocientos. Sus lugares y algunos de sus nombres de procedencia son Campo de Criptana; Ávila; Ciudad Real; Daimiel; Puertollano; Argamasilla de Alba; Almadén; La Solana; Villarrubia de los ojos; y Tomelloso; la pastoral de jóvenes de Ciudad Real; el presbiterio de Jaén con cien sacerdotes y su obispo; la pastoral universitaria de nuestra diócesis; miembros del colegio de la Sagrada Familia de Alcázar de san Juan; fieles de la diócesis de Córdoba acompañados por su obispo; y jóvenes del arciprestazgo de Calatrava.
A estas solicitudes se suman otras tantas que están en proceso de tramitación. Llama la atención que en menos de cuatro semanas desde la apertura del Jubileo, nos vayamos aproximando a una cifra de solicitudes que se acerca a las dos mil.
Creo que el progresivo ascenso de las inscripciones ha de ser para nosotros, sobre todo, una llamada a desplegar tres de las dimensiones más importantes del nuestro ser cristiano: la oración por ellos; la acogida fraterna y servicial; y la tarea de trasmitir la fe.
Además del cuidado de la organización de las peregrinaciones, es de suma importancia que ayudemos a encontrase con Cristo a quienes vengan hasta la tierra natal de nuestro santo Doctor.
Tenemos que actuar como los hermanos pequeños de san Juan de Ávila santo que abren la puerta de su casa, en su nombre, para mostrar a quien pase por ella el tesoro que hay en su interior. Y ese tesoro no es otro que Jesucristo vivo y actuante entre nosotros, capaz de enamorar a todos y robarles el corazón igual que hizo con nuestros hermanos, los santos de Almodóvar
¡Buen Jubileo y feliz fiesta de San Juan Bautista de la Concepción!