Himno de Laudes
El barco del Carmelo reza y canta
al hacerse a la mar del nuevo día,
y en su mástil por vela se levanta
el santo escapulario de María.
Corre, copo de lana bien tejido,
vete al ancho camino de las gentes;
ilumina la noche del olvido
y recoge el cansancio de las frentes.
Estamos en la ruta; la esperanza
tiñéndonos los ojos va delante,
el corazón cantando lo que alcanza,
y la noche ha perdido su semblante.
Himno de Vísperas
Oh Madre de la luz, Señora de los mares,
Estrella a quien invoca nuestro esfuerzo rendido,
puebla tú nuestros ojos de luces y cantares,
acalla nuestro grito en tu amor redimido.
Lluvia dulce y fecunda de nubes de promesa
transfigurando savias y trigos de sequía,
mantén entre tus manos nuestra esperanza ilesa
y enjuga nuestro llanto, Vid en flor, oh María.
Privilegia a tus hijos con tu limpia mirada,
y alcancen nuestros ojos tu distancia de vuelo.
Estrella de los mares, lumbre intacta, empapada
de llanto y sal amargos. ¡Señora del Carmelo! Amén
Bienaventuranzas desde la Torre
«Bienaventurados los que saben reírse de sí mismos, porque tendrán diversión para rato.
Bienaventurados los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque se evitarán muchos inconvenientes.
Bienaventurados los que saben descansar y dormir sin buscarse excusas, llegarán a ser sabios.
Bienaventurados los que saben escuchar y callar, aprenderán cosas nuevas.
Bienaventurados los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio, serán apreciados por quienes los rodean.
Bienaventurados los que están atentos a las necesidades de los demás sin sentirse indispensables, serán fuente de alegría.
Bienaventurados los que saben mirar sabiamente a las cosas pequeñas y tranquilamente a las importantes, llegarán lejos en la vida.
Bienaventurados los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desaire, su camino estará lleno de luz.
Bienaventurados los que saben interpretar benévolamente a los demás, aun en contra de las apariencias, serán tomados por ingenuos, pero éste es el precio de la caridad.
Bienaventurados los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar, evitarán muchas tonterías.
Bienaventurados los que saben reconocer a Dios en todos los hombres, habrán encontrado la verdadera luz y la auténtica sabiduría.»
Escritas por Sto. Tomás Moro, mártir, desde la prisión ( la torre)
Oración del buen humor
Autor: Santo Tomas Moro, mártir
«Concédeme, Señor, una buena digestión,
y también algo que digerir.
Concédeme la salud del cuerpo,
con el buen humor necesario para mantenerla.
Dame, Señor, un alma santa que sepa aprovechar
lo que es bueno y puro, para que no se asuste ante
el pecado, sino que encuentre el modo de poner
las cosas de nuevo en orden.
Concédeme un alma que no conozca el aburrimiento,
las murmuraciones, los suspiros y los lamentos y no
permitas que sufra excesivamente por ese ser tan
dominante que se llama: YO.
Dame, Señor, el sentido del humor.
Concédeme la gracia de comprender las bromas,
para que conozca en la vida un poco de alegría y
pueda comunicársela a los demás».
Así sea.