Comenzamos el curso reanudando las vidas y obras de los grandes compositores que ha dado la historia de la música, comenzando con el gran compositor alemán: RICHARD WAGNER.
Wagner nació el 22 de mayo de 1813 en Leipzig siendo compositor, director de orquesta, poeta, ensayista, dramaturgo y teórico musical.
Fue el noveno de los hijos de Carl Friedrich Wagner, un modesto funcionario de policía que murió de tifus seis meses después del nacimiento de Richard. Tras el trágico fallecimiento de su padre el 23 de noviembre de 1813, su madre comenzó a vivir con el actor y dramaturgo Ludwig Geyer, que había sido amigo de su difunto marido.
En agosto de 1814, Johanna Rosine se casó con Geyer y se trasladó con su familia a su residencia en Dresde.
A finales de 1820, Wagner fue inscrito en la escuela Wetzel de Possendorf, cerca de Dresde, donde recibió algunas lecciones de piano.
No era capaz de realizar una escala correcta, pero prefería interpretar oberturas teatrales de oído. Geyer murió en 1821, cuando Richard tenía ocho años.
En 1827, la familia regresó a Leipzig. Wagner recibió sus primeras lecciones de armonía entre 1828 y 1831 con Christian Gottlieb Müller. En enero de 1828 escuchó por primera vez la Séptima sinfonía de Beethoven y, a continuación, en marzo, la Novena Sinfonía.
Beethoven se convirtió en su inspiración y Wagner escribió una transcripción para piano de la Novena.
También estuvo muy impresionado por la representación del Réquiem de Mozart.
Se matriculó en la Universidad de Leipzig en 1831, y también recibió lecciones de composición con el cantor de la iglesia de Santo Tomás, Christian Theodor Weinlig. Weinlig estaba tan impresionado con la habilidad musical de su alumno que rechazó cualquier remuneración por sus lecciones y arregló la Sonata para piano en si bemol de Wagner (lo que hizo que este se la dedicara) para que fuera publicada como el opus n.º 1 del compositor.
Un año después, compuso su Sinfonia en do mayor, una obra de influencia beethoveniana interpretada en Praga en 1832 y en la Gewandhaus de Leipzig en 1833.
En 1833, su hermano mayor, Karl Albert, le consiguió un puesto como director del coro de Wurzburgo.
Ese mismo año, cuando tenía veinte años, compuso su primera ópera, Las hadas.
Mientras tanto, Wagner aceptó un breve cargo como director musical del teatro de la ópera de Magdeburgo, En 1834, Wagner se había enamorado de una actriz, y la pareja se casaron en la ciudad el 24 de noviembre de 1836.
En junio de 1837, Wagner se trasladó a la ciudad de Riga, donde se convirtió en director musical de la ópera local.
Tras algunas semanas, Minna abandonó a Wagner por otro hombre, aunque poco después ella regresó.
Sumidos en deudas, los esposos abandonaron Riga en 1839 para escapar de sus acreedores (las deudas acuciaron a Wagner durante la mayor parte de su vida).
Partieron hacia Londres y en el trayecto, fueron víctimas de una tormenta que inspiró a Wagner El holandés errante.
Los Wagner vivieron una temporada en París, entre 1839 y 1842, donde Richard se ganó la vida escribiendo artículos y reorquestando óperas de otros compositores.
En 1840, Wagner había completado su ópera Rienzi.
En 1842, se trasladó a la ciudad, donde se estrenó la ópera con un éxito considerable el 20 de octubre.
Wagner vivió en la ciudad sajona durante los siguientes seis años, siendo finalmente contratado como director de la Real corte sajona.
Durante dicho periodo, puso en escena El holandés errante el 2 de enero de 1843 y Tannhäuser el 19 de octubre de 1845, sus primeras obras maestras.
Wagner pasaría los doce años siguientes en el exilio. Tras terminar Lohengrin, acudió desesperadamente a su amigo Franz Liszt, a quien le pidió velar para que esta ópera fuera representada en su ausencia. Así, Liszt dirigió en persona el estreno en Weimar en agosto de 1850.
En aquel tiempo, Wagner se encontraba sin ingresos y con pocas esperanzas de poder representar las obras que elaboraba.
Antes de abandonar Dresde, había esbozado una obra que finalmente se convertiría en el ciclo de cuatro óperas El anillo del nibelungo («La muerte de Sigfrido«, «El joven Sigfrido«, «La valquiria» y «El oro del Rin«).
La carrera de Wagner tomó un giro inesperado en 1864, cuando el rey Luis II de Baviera accedió al trono a la edad de dieciocho años.
El joven rey, que admiraba las obras de Wagner desde su infancia, invitó al compositor a Múnich, pagó sus cuantiosas deudas y apoyó el desarrollo de nuevas óperas (el rey Luis II fue conocido por sus tendencias homosexuales y habría tenido un deseo por Wagner reprimido).
A pesar de las graves dificultades en los ensayos, la presentación de Tristán e Isolda el 10 de junio de 1865 en el Teatro Nacional de Múnich, el primer estreno de Wagner en quince años, fue un éxito.
En 1877, Wagner comenzó a trabajar en su última ópera, Parsifal. Tardó en componerla cuatro años, muchos de los cuales los pasó en Italia por motivos de salud, completándola en enero de 1882.
En esta época Wagner estaba gravemente enfermo, ya que había sufrido una serie de anginas de pecho cada vez más severas.
Durante la decimosexta y última representación de Parsifal el 29 de agosto, entró en secreto en el foso de la orquesta durante el tercer acto, tomó la batuta del director Hermann Levi y dirigió la representación hasta su final.
El 13 de febrero de 1883, Wagner falleció a causa de una crisis cardíaca en Venecia.