El dichoso despertador,
el pie correcto para incorporarse de la cama,
la búsqueda de las zapatillas,
el agua de la ducha,
el beso de buenos días,
el nudo de la corbata,
las tostadas del desayuno…
¿Acaso Señor, tan temprano, quieres comunicarte conmigo?…
Un día más, Señor, y sé de sobra que sin Ti…
El despertador volverá a recalar, a golpe de «mala leche,»
a varios metros de la cama,
el pie izquierdo «aterrizará» cansinamente sobre la alfombra,las zapatillas, atemorizadas, correrán prestas
a refugiarse debajo de la cama,
el agua de la ducha, al verme llegar, se congelará al instante,elbeso se convertirá en un monótono
y pesado trámite que cumplimentar,
el nudo de la corbata me apretará más de la cuenta,
hasta las tostadas saldrán, sospechosamente, quemadas…
Mas, contigo, Señor…
El despertador será la primera señal que Tú me envías
para decirme que estoy vivo,
mi corazón, en la parilla de salida, volverá a marcar
el mejor tiempo por delante de mis pies,
las zapatillas (Alguien las habrá puesto) estarán en su sitio exacto,el agua caliente de la ducha me invitará a cantar nuestra canción, el besode buenos días se prolongará más de la cuenta,
el nudo de la corbata me saldrá a la primera,
hasta las tostadas llevarán «tu denominación de origen.»
Un día más, Señor, y hoy quiero decirte,
con el más aseado y radiante corazón,
que Tú y yo tenemos por delante 24 horas más para ser felices…
¡Buenos días, Señor!
(Revista «Misión Joven»)