Dentro de unos días celebraremos las fiestas patronales de Almodóvar dedicadas a la patrona, Ntra. Sra. del Carmen, y a san Juan de Ávila y san Juan Bautista de la Concepción. Al reflexionar en torno a ellos, lo primero que descubrimos es lo que los tres tienen algo en común: su humanidad plenificada por la gracia de Dios.
Cada uno, desde su particular modo de dejarse hacer por Dios, nos muestran lo que la gracia de Dios es capaz de hacer a quienes se abren a su acción.
María, agraciada para acoger en su seno al Hijo de Dios, le brinda su humanidad para que se haga hombre. Los dos santos, siguiendo la ruta de que Espíritu Santo marcó en sus corazones, ofrecieron su persona y su destino para que Cristo obrara en ellos.
Tanto la Virgen como los santos no son seres originariamente extraordinarios. Si llegaron a serlo fue porque se unieron a Jesucristo en profunda amistad, vivieron su palabra, y se dejaron conducir por su Espíritu. Después, progresivamente, cada uno de ellos se convirtió en una imagen de Jesús.
La Virgen y los santos son humanos como nosotros. Simplemente nos muestran lo que Dios desea hacer en cada uno de nosotros. Por eso, ellos son nuestro ejemplo y nuestro estímulo, porque vienen a decirnos: «Dios quiere hacer en ti, lo que hizo en mí.»
El doctorado de san Juan de Ávila ha sido el aldabonazo definitivo por medio del cual la Iglesia ha proclamado al mundo entero la excelencia de su pensamiento y su obra. En el afán comunicar este testimonio, iniciamos el Jubileo.
Sin embargo, después de su celebración, hemos de ser conscientes de quela fuerza de la llamada a peregrinar que el pasado año propició la declaración del Año Jubilar, ahora tenemos que hacerla valer desde el atractivo que despierten los lugares avilistas de Almodóvar, además de mantener la calidad de nuestro modo de trasmitir la experiencia originaria de quien hoy es una figura internacional.
Esta razón y el problema de humedades que sufría la entrada de la casa, han hecho que emprendamos unas obras de acondicionamiento del interior y de restauración de la fachada, hasta recuperar su impronta original, permitiendo, también, que ésta muestre las huellas de su avatar histórico.
Al proyecto de estas obras se han sumado inesperadamente la necesidad de consolidar los materiales desprendidos de la torre y de los contrafuertes de la iglesia. Por eso, desde estas líneas pido ayuda los fieles que puedan darla. A este fin, dedicaremos las colectas de las Misas que se celebrarán en honor a la Virgen y a los santos los tres primeros días de fiesta. Otro modo de colaborar es ingresando un donativo en la cuenta que se ha abierto para tal efecto en la sucursal de CCM.
Agradeciendo de antemano vuestra colaboración, deseo que paséis unas felices fiestas y que el ejemplo de la Virgen Madre y de los santos os estimule a comenzar con alegría y esperanza el próximo curso pastoral.