La memoria de Teresa se ha hecho presente a través de los siglos por sus escritos.
Teresa de Jesús sería una desconocida si no hubiera siete una escritora.
Me atrevería a decir que sus escritos son su alma, su vida su experiencia religiosa, la historia de su tiempo y la vida de la Iglesia.
«Al fin, muero hija de la Iglesia», dicen que de esta forma se expresaba en sus últimos momentos.
Uno de los frutos de este Centenario es que nos está dando, un conocimiento mayor de sus obras literarias y místicas.
Hay una dificultad para los lectores de nuestros días.
El pensamiento de la Mística Abulense es muy diferente al nuestro porque la sociedad del siglo XVI es muy diferente a la nuestra. Es distinto el lenguaje.
La lengua castellana ha evolucionado y ha llegado a ser muy diversa a las formas actuales de expresarnos.
Por eso el acceso a sus escritos nos cuesta. ¡Son duros de roer! No importa. Hoy tenemos muchas publicaciones que nos pueden acercar a esta gigantesca figura de la Iglesia española.
Es difícil pero no imposible.
Con un poco de paciencia y constancia en la lectura podemos llegar a introducirnos en su experiencia religiosa.
Hoy conocemos a Teresa mejor que en ningún momento de la historia. ¿Por qué? Porque hay más cultura y más posibilidades de llegar a su obra escrita.
¿Por dónde empezar?
Recuerdo que un grupo de carismáticos me dijeron que habían empezado a leer a nuestra Santa por el libro de «las Moradas«. Resultado: lo pasaron moradas. Tuvieron que dejarlo porque se encontraban perdidos.
No. Hay que comenzar por un libro más sencillo: «Camino de Perfección» o también por «Las Fundaciones».
El primero refleja el ideal de Teresa explicado a sus monjas.
El «Camino de Perfección» expone las charlas y las conversaciones que tenía Teresa con sus hermanas, las primeras Carmelitas Descalzas. Es también una Carta abierta a la Iglesia.
El segundo libro, «Las Fundaciones» es la crónica de su aventura fundacional de los conventos que implantó en España. Una crónica salpicada de anécdotas y de un contenido doctrinal, lleno de espiritualidad.
¡Atrévete a empezar!
Es lo mejor que podemos hacer en este Centenario, acercarnos a sus escritos.
Ten paciencia y persevera.
¡Es bueno hacerse amigo de un clásico!
Es como la música clásica, no se pasa de moda, siempre es actual.
A través de la historia se han dado apreciaciones, valoraciones de las páginas que escribió Santa Teresa.
Fray Luis de León, el primero que publicó las obras de la Santa de Ávila afirmó:
«Yo no conocí ni vi a la Madre Teresa de Jesús mientras estuvo en la tierra; mas ahora que vive en el cielo la conozco y veo casi siempre en dos imágenes vivas que nos dejó de sí, que son sus hijas y sus libros; que, a mi juicio, son también testigos fieles, y mayores de toda excepción, de su grande virtud».