¡Feliz año! Es la frase más repetida, el deseo más pronunciado al principio del año…
Sin embargo, ¿sabemos lo que deseamos cuando decimos a unos y a otros «Feliz año nuevo»?
¿Qué tipo de felicidad queremos y deseamos para nosotros y para nuestra gente? «Que nos toque la lotería, que nos asciendan en el trabajo, que acabe el curso con matrícula de honor, que todo el mundo nos admire, que aplaudan cada una de nuestras acciones…»
Este año, amiga, amigo, te deseo otra felicidad: la felicidad auténtica, la de Jesús, la del Reino.
Te invito a responder con sinceridad a las siguientes preguntas…
Al final sabrás si estás en el buen camino, en el camino de la felicidad plena, la felicidad de los amigos de Jesús.
La verdadera riqueza reside…
A- En el banco, en la nómina, en el bolsillo.
B- En el corazón.
La alegría auténtica…
A- Es la ausencia de todo problema, de todo tipo de dolor, de lágrimas.
B .Es sentirse amado y arropado por Dios y luchar contra todo tipo de adversidad.
Los más importantes de este mundo son…
A- Los famosos, los políticos, los futbolistas…
B- Los que nadie escoge, pues son los escogidos de Dios.
Ante las dudas, los problemas, las indecisiones, qué rumbo tomar…
A- Mi voluntad y sólo la mía… ¡Faltaría más!
B -Hacer la voluntad de Dios.
Ante los que nos ofenden…
A- La ley del Talión: Me la hace, me la paga.
B- La misericordia, el perdón.
La paz…
A- Es responsabilidad de los más grandes, de los que manejan el mundo.
B- La construimos, día a día, cada uno de nosotros.
Ser cristiano, ser amigo de Jesús…
A- Los domingos, con mi grupo de catequesis, exclusivamente en mi parroquia.
B- Las 24 horas del día y con aquellas personas que Dios pone en mi camino.
Seguramente tengas mayoría de B, aunque una cosa es la teoría y otra «ponerse el mandil» ¿verdad? Por mi parte sólo puedo desearte feliz año nuevo al estilo de Jesús, al estilo de las bienaventuranzas…
Y ya sabes, si quieres ser feliz y transmitir felicidad, si quieres alcanzar la felicidad plena, la felicidad con mayúsculas, aquí te dejo el manual: Mt 5,1-12…
¡Merece la pena intentarlo, te lo aseguro!