Una entrañable felicitación
Pilar Martínez Fernández2014-12-31T10:12:00+00:00
No quiero extenderme mucho hoy en estas líneas, no porque en realidad no quiera hacerlo sino más bien porque a menudo lo importante requiere muy pocas palabras que lo adornen.
Esta semana he recibido dos felicitaciones navideñas, una es de mi hermano al que veo poco pero siento siempre muy cerca de mi corazón y la otra de una buena amiga de muchos años que tiene la bonita costumbre de hacer tarjetas navideñas con sus propias manos muy personales.

Cuando en la vida se atraviesan momentos verdaderamente complicados, de esos en los que pareciera que la propia inercia apenas nos deja margen para decidir otras direcciones posibles por las que seguir y de alguna manera también pareciera que es demasiado el esfuerzo y poco gratificante el resultado, nos aparece esa pregunta martilleante y al tiempo incierta de ¿ realmente, me merece la pena?.
Indudablemente, la muerte, hoy, es un tema tabú; es aconsejable habla lo menos de ella o nada; pero hay un hecho cierto: la muerte existe; otro hecho: la muerte no es el final de la vida, sino la puerta a una vida eterna.
Durante la Semana Santa, siempre me ha gustado leer como si fuera un relato, la pasión de Jesús.