El reloj de Dios (Cuento Carmelitano)

2015-01-31T20:11:00+00:00

El reloj de Dios (Cuento Carmelitano)En un tiempo indeterminado y en un Convento de Carmelitas descalzas, que, por discreción, mantenemos en el anonimato, vivían unas hermanas de diferentes edades, caracteres y regiones de España.

Formaban un conjunto armónico, pues estaban unidas por el amor al Esposo; lo que les permitía quererse y saber soportarse en sus pequeños defectos, entenderse en las posibles discrepancias y marchar unidas en la búsqueda de Dios, por diferentes caminos: quién por el camino marcado por San Juan de Ia Cruz en su obra "Subida al Monte Carmelo", en su vaciarse de si mismo para llenarse de Dios; quién por el camino de Sta. Teresa del Niño Jesús, con su difícil "infancia espiritual", tan exigente como el anterior; quién a través del suyo propio.

El reloj de Dios (Cuento Carmelitano)2015-01-31T20:11:00+00:00

Buscar, esperar, recibir

2014-11-30T10:21:00+00:00

Buscar, esperar, recibirEl comienzo del Adviento guarda continuidad con la espiritualidad del mes de noviembre que está centrado en nuestra unión definitiva con Dios: el río de la vida desemboca en el mar de la eternidad, en el cielo prometido, en nuestro inserción completa en Cristo Resucitado.

El adviento nos habla de dos venidas. La primera de ellas se refiere a la última venida de Cristo, al momento que el que toda la creación participará de la resurrección de Cristo. El día en que todo entrará a formar parte del ser de Dios. Cristo resucitado es un imán a cuyo amor está atraída toda la realidad.

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El Adviento

2014-11-30T10:18:00+00:00


El AdvientoEl Adviento es un tiempo especial.

Los cristianos nos preparaos en él para celebrar el Nacimiento de Jesús.

El Adviento es el primer tiempo del año litúrgico.

El Aviento dura cuatro semanas anteriores al 24 de Diciembre.

¿Cómo nos prepararemos?

El Adviento2014-11-30T10:18:00+00:00

El reloj de Dios

2011-10-04T19:03:00+00:00

El reloj de DiosJesús, en el Evangelio, me da un mensaje muy claro, debo pedir al Padre todo lo que necesite con la seguridad de ser escuchado: “Pedid y se os dará…”; luego, añade que el Padre se preocupa de dar de comer a los pájaros y viste a las flores del campo; y añade que, con mucha mayor razón, me atenderá a mí.

Yo acudo, entonces, al Padre y le elevo mi petición y encuentro como respuesta el silencio. Insisto y, de nuevo, no hay contestación por parte del Padre.

El reloj de Dios2011-10-04T19:03:00+00:00
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