La riqueza de la Iglesia
Tomás Lozano Rivas2012-05-08T20:24:00+00:00El diez de mayo celebramos la fiesta de nuestro querido paisano San Juan de Ávila, cuya declaración de doctor de la Iglesia está ya cerca.
El mejor modo de hacer fiesta en su honor es tratar de seguir cada uno su propia vocación y realizarla, sin mediocridad, sin tibieza y con el ardor y fervor que lleva consigue la santidad.
La gran fiesta de nuestra vida sería que encontráramos la felicidad que proporciona vivir santamente, como nuestro Juan de Ávila.
Los santos son la riqueza de la Iglesia. Son los que más han contribuido a la felicidad de la humanidad, porque la verdadera felicidad sólo se encuentra en Dios, y ellos han dado testimonio, con su palabra y vida, para lograr un mundo más humano y más feliz.