María, joyero vivo de la Palabra
Tomás Lozano Rivas2008-06-05T11:35:00+00:00
La piedad cristiana ha dedicado, desde hace siglos, el mes de mayo-mes de las flores- a la Virgen, la “Toda Bella”. Sobre la devoción a la Virgen habría mucho que escribir y hablar.
El Concilio Vaticano II dijo: “Recuerden, pues, los fieles que la verdadera devoción a la Virgen no consiste ni en un afecto estéril y transitorio ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe verdadera, por la que somos conducidos a conocer la excelencia de la Madre de Dios y somos excitados a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes” (Constitución sobre la Iglesia n.67).


Como lector de Santa Teresa de Ávila, siempre me ha llamado la atención la importancia que adquiere la amistad en la vida, obra y escritos de la Santa Abulense.
Virgen, niña, y casada muy joven; se acabó su adolescencia y su juventud despreocupadas; ya tiene las responsabilidades de un hogar y de una familia.
En la mesa que suelo sentarme a escribir, tengo un calendario que por Navidad me envió una Ong. Lo tengo en la cara de los meses Mayo y Junio, es decir, al corriente, pero eso es lo de menos. Lo singular del caso es la fotografía que ilustra esa cara bimensual de mi calendario, una bonita imagen en sepia de dos niñas peruanas, sonrientes y aparentemente felices.
CARTA DE PRESENTACIÓN
Isabel Fernández del Río ha querido publicar este artículo sobre una alumna suya: Yanila