¡Qué solo estás!

2008-03-31T10:05:00+00:00

Image Señor, me sigue impresionando la enorme tristeza que debiste sentir ante la soledad y el abandono que sufriste a partir de aquella terrible noche de traiciones, acusaciones, insultos, golpes, y escupitinajos, en la que fuiste vendido por uno y abandonado por todos, al tiempo que eras arrastrado atado desde el Sanedrín a Pilato; de Pilato a Herodes; de Herodes nuevamente a Pilato y, al final, entregado a tu propio pueblo que esperaba ansioso para colgarte en La Cruz.