Meditación para alcanzar la alegría
Iglesia en Almodóvar del Campo2015-03-31T20:19:00+00:00
Bienaventurados los que saben reírse de sí mismos, porque nunca acabarán de divertirse.
Bienaventurados los que saben distinguir una montaña de un montículo, los que miran dónde ponen los pies, porque evitan el resbalón y los pisotones atolondrados.
Bienaventurados los que son capaces de trabajar, descansar, dormir y reír... sin pedir excusas, porque son sabios.
Bienaventurados los que saben callarse y escuchar, porque ellos aprenderán cosas nuevas.
Pienso que la auténtica alegría la tiende como en base es amor.
Deseo referirme a la que considero auténtica alegría; la alegría que inunda el corazón de paz, que hace brillar los ojos, que llega al que la comparte y la recibe como una brisa fresca y suave; me refiero a la alegría que huye de la estridencia, a la que se contagia.
La cuaresma que empezamos no es tiempo que vienen después de las alegrías del carnaval, sino tiempo de gozo interior exultante, que da sentido definitivo a todas las alegrías. En la Biblia se lee: