Niños ídolo
Pilar Martínez Fernández2014-03-19T20:13:00+00:00Cuando Jesús dijo aquello tan hermoso: "dejad que los niños se acerquen a mí"; yo siempre me he imaginado que lo que pretendía Jesús era empaparse de la espontaneidad e inocencia de los niños, de la limpieza de unas almas trasparentes en las que podía encontrar sentimientos más puros de los que podían atenazar a los adultos. Y supongo también que le gustaba escucharles, oír cuanto podían decirle de su visión de las cosas, de lo que pensaban e incluso de lo que desconocían porque de alguna manera, hasta del propio desconocimiento, bien puede decirse que surgen las mayores lecciones de la vida.
Quizá en aquellos días en los que Jesús quiso que los niños le hablaran, no se les escuchaba demasiado, se pensaba que eran solamente eso: niños; un error a medias si se piensa con cierta lógica pues, efectivamente, eran niños en su sentido más puro y sencillo pero qué dudaba cabe que valía la pena escucharles.