Con la sed de Dios

2013-05-16T19:16:00+00:00

Con la sed de Dios

Me miro en el espejo y me sorprendo de estrenar

otro día con mi prisa y tu amor.

Dejo, una vez más, sobre tus manos alfareras

la barca de mi cuerpo para que sigas modelándome.

Porque yo no sé hacer tapiales ni tejados.

Tampoco sé trazar la línea que dibuja

los planos de una casa.