La muerte y la vida para siempre
Tomás Lozano Rivas2009-10-31T17:25:00+00:00
Al recordar, el día 2 de noviembre, a nuestros seres queridos, que partieron para la casa del Padre, junto con nuestra añoranza de su presencia, los creyentes tenemos una visión optimista y esperanzada ante la muerte.
El deseo de vivir eternamente es una aspiración profunda de cada hombre, como lo han dicho muchos filósofos, escritores, los artitas, poetas, los enamorados, y como lo siente cada persona. El hombre se rebela ante la muerte, porque está hecho y tiene sed de eternidad.
El Evangelio es una respuesta a ese sentimiento esencial en la persona; es un mensaje lleno de novedad.
Jesús, muerto en la cruz y Resucitado, es una buena noticia transmitida por los apóstoles y por la Iglesia.
“Después vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos” (Ap 7,2 - 4,9-14).


Hemos comenzado el curso de confirmación y tras varias reuniones en las que hemos hablado de temas muy interesantes, una sensación agridulce ha resonado en estos días dentro de mí.
Es un yo no soy yo. Y un ir perdido.
Entré en contacto con el Hermano Rafael cuando yo tenía 18 años y estaba haciendo el Noviciado en Segovia. Era el año 1963-1964. Un compañero me dejó un libro. Eran los escritos de un joven trapense que había muerto con fama de santidad. En aquellos tiempos era muy poco conocido. El 11 de octubre del presente año 2009 ha sido canonizado.
Hay cosas que pueden parecer en un principio insignificantes, otras pasan inadvertidas por esa falta de observación de la que pecamos tantas veces, pero personalmente, cuanto más me detengo a observar, más cosas insignificantes en un principio pasan a ser sustanciales e incluso aleccionadoramente hermosas después.
Permítanme que me presente, soy Sebastián Catalán, Coronel de Infantería de Marina retirado. Tengo 78 años de edad, y actualmente vivo en la Residencia Virgen del Carmen de Pedreguer, un bonito pueblo de Alicante, ubicado a unos diez kilómetros del mar Mediterráneo y a mitad de camino entre Alicante y Valencia.