Dios vomita a los tibios
Tomás Lozano Rivas2010-11-05T10:45:00+00:00
Hay sentimientos en la persona que se pueden llamar conformistas, mediocres, tibios. Por ejemplo: el joven que piensa: “me conformo con aprobar, no me quiero complicar la vida”; el que recurre con frecuencia a la expresión: “somos humanos”, para justificar con esa frase su pereza, el conformismo, la rutina al obrar; también quien se refugia en el calor del “rebaño” diciendo: “todos los hacen así, por qué voy a ser yo diferente”…
Podíamos poner muchos ejemplos en los que la mediocridad humana y espiritual produce personas flojas, sin pasión, “tibias”, que es una actitud tan pobre que produce vómito en Dios; así dice la Biblia en el Apocalipsis (12, 15): “Conozco tu conducta: no eres ni frio ni caliente… puesto que eres tibio, y no frio ni caliente, voy a vomitarte de mi boca… Sé, pues ferviente y arrepiéntete”.
Dice la Biblia que Jesucristo “gustó la muerte para bien de todos” (Hebr. 2,7).
El día de los difuntos recordamos a nuestros seres queridos que han fallecido.
“Viva el alma, reine Dios y todo ruede”
Todo comenzó el 20 de agosto de 1940. Ahora se celebra el 70 aniversario de un camino de búsqueda de Dios y de reconciliación. El lugar, Taizé, cerca de los restos del monasterio de Cluny. Allí llegó el Hermano Roger Schutz para iniciar una de las experiencias más interesantes que han vivido las iglesias en la mitad del siglo XX. Con una inquietud: no hay que perder más tiempo, tenemos que reconciliarnos, es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.
Bach era un compositor del Barroco. En música, este período se extiende de 1600 a 1750.
Bécquer, en una de sus rimas decía: “Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo, por un beso...¡Yo no sé qué te diera, por un beso¡
Pienso que el Sacramento de la Confesión, de la Penitencia o de la Reconciliación cuanta hoy con pocos adeptos.