Danos, Señor, un corazón nuevo
Tomás Lozano Rivas2010-02-27T04:05:00+00:00La Cuaresma es un tiempo alegre, aunque se nos pidan esfuerzos y renuncias. También se le pide al atleta, y sin embargo se entusiasma pensando en poder participar; y al artista que crea, y nada le llena tanto como el lograr la realización de su obra, y al profesional que lleva a cabo responsablemente su servicio, y goza en poder servir…
La Cuaresma no es privación, sino enriquecimiento; no es negatividad, sino creatividad. Lo que se pretende es crecer un poco, rejuvenecerse espiritualmente, embellecer nuestro ser, estar más contentos con nosotros mismos y más agradables ante Dios. A esto llamamos “conversión”.
La conversión exige una terapia liberadora, como el que se pone a régimen para perder los kilos que le sobran o quien se opera para quitarse el quiste o la verruga que le afea.