Vivir en Cristo
Juan Carlos Torres2015-04-30T19:24:00+00:00 El tiempo de Pascua es de un modo especial un tiempo para recibir gracias. A la espiritualidad propia de la cuaresma, que consiste en el esfuerzo por mejorar el ser y la vida cristiana, y que, de alguna manera concluye con la celebración de la reconciliación antes de la Pascua, le sigue un tiempo de recepción y asimilación de la nueva vida del Resucitado.
El tiempo de Pascua es de un modo especial un tiempo para recibir gracias. A la espiritualidad propia de la cuaresma, que consiste en el esfuerzo por mejorar el ser y la vida cristiana, y que, de alguna manera concluye con la celebración de la reconciliación antes de la Pascua, le sigue un tiempo de recepción y asimilación de la nueva vida del Resucitado.
Aquel que se entregó en la cruz para redimirnos, permanece ofrecido eternamente por medio de la resurrección. Así Jesucristo se convierte en una fuente de gracia y salvación para todos los que creen en Él .
 
											
				 
			
					 Miremos a Cristo puesto en la cruz, y hemos de verle atormentada su carne, y deshonrado del mundo, y vencedor del demonio. ¿Quién miró a Cristo que fuese engañado? Ninguno, por cierto. Pues no apartemos nuestros ojos de Él si no queremos volvernos ciegos. No le parezca que le tenemos en tan poco, que aun muriendo por nosotros, no le queremos mirar. Por eso murió, porque nosotros nos esforzásemos mirándolo a Él, para morir a nuestros pecados.
Miremos a Cristo puesto en la cruz, y hemos de verle atormentada su carne, y deshonrado del mundo, y vencedor del demonio. ¿Quién miró a Cristo que fuese engañado? Ninguno, por cierto. Pues no apartemos nuestros ojos de Él si no queremos volvernos ciegos. No le parezca que le tenemos en tan poco, que aun muriendo por nosotros, no le queremos mirar. Por eso murió, porque nosotros nos esforzásemos mirándolo a Él, para morir a nuestros pecados. Comenzamos la semana más importante del año cristiano. En ella conmemoramos y actualizamos la Pascua del Señor: su ofrenda redentora en la cruz y el triunfo de su Resurrección.
Comenzamos la semana más importante del año cristiano. En ella conmemoramos y actualizamos la Pascua del Señor: su ofrenda redentora en la cruz y el triunfo de su Resurrección.
 Si proclamas con tu boca que Jesús es el Señor y crees con tu corazón que Dios lo ha resucitado de entre los muertos, te salvarás (Rom 10, 9)
Si proclamas con tu boca que Jesús es el Señor y crees con tu corazón que Dios lo ha resucitado de entre los muertos, te salvarás (Rom 10, 9) 
 Nuestro Patrono y paisano S. Juan de Ávila tenía un cariño especial a la Semana santa. Vamos a recoger algunos de los muchos textos que tiene y en los que se prueba lo que decimos:
Nuestro Patrono y paisano S. Juan de Ávila tenía un cariño especial a la Semana santa. Vamos a recoger algunos de los muchos textos que tiene y en los que se prueba lo que decimos:

 Nos acercamos a la fiesta de la Pascua en este Año Jubilar que tiene como centro reavivar la fe y el testimonio por medio de la conversión a Cristo. No es difícil encontrar similitudes entre esta espiritualidad del Jubileo y el tiempo de Cuaresma, así como respecto a la finalidad de ambos: ¡Que Cristo resucitado reavive nuestras vidas!.
Nos acercamos a la fiesta de la Pascua en este Año Jubilar que tiene como centro reavivar la fe y el testimonio por medio de la conversión a Cristo. No es difícil encontrar similitudes entre esta espiritualidad del Jubileo y el tiempo de Cuaresma, así como respecto a la finalidad de ambos: ¡Que Cristo resucitado reavive nuestras vidas!.